jueves, 4 de diciembre de 2008

AUTOPROTECCIONES


Siguiendo con lo que parece ser se está convirtiendo en mi tónica o filón argumental a la hora de escribir en este blog, voy a dedicar el post a otra película, en este caso a "Martín Hache", coproducción hispano-argentina (1997), dirigida por Adolfo Aristarain, e interpretada por Federico Luppi, Cecilia Roth, Eusebio Poncela y Juan Diego Botto. Para los que no hayais visto el film éste narra (a grandes rasgos) el reencuentro de Hache (Botto) con su padre (Luppi). Tras divorciarse el personaje interpretado por Luppi emigra a España, dónde ha rehecho su vida junto a su novia (Roth). Su ex mujer ha hecho lo propio en Argentina, y el hijo de ambos, de 19 años, parece no tener cabida en la nueva familia formada por su madre, por lo que se traslada a España para vivir con su progenitor. Una vez en este país, el joven recién llegado se integrará en el micromundo en el que su padre habita, un reducido círculo en el que a parte de los mencionados Luppi y Roth, también tiene cabida el único amigo del primero, Poncela.
La película habla sobre la incomunicación, el personaje de Martín (padre) fundamenta su existencia desde la máxima: "el que ama está expuesto al dolor", por lo que se arma de corazas para vivir con el menor riesgo posible de sufrir otro desengaño como el que le llevó a abandonar su tierra natal. Paradójicamente los personajes que le acompañan se revisten de una fuerte carga de intenidad emocional (Poncela se autodefine como epicúreo), y su novia (Roth) vive entregada a su relación con Martín padre, muy probablemnete a la espera de que éste empiece a bajar las murallas de autoprotección con las que trata de salvaguardarse.
Me llama la atención como el personaje de Luppi, si bien por una parte toma todas las precauciones para no dejarse llevar por el caudal emocional, por otra se rodea de pocos pero intensos acompañantes como compañeros. Muy probablemente lo que le aterra es lo que más le atrae, y precisamnete por ello los pocos con los que se interrelacionan irradian lo que a él le falta. No se atreve a exponer su vulnerabilidad ni sus flaquezas, y sinembargo frecuenta a personas altamente emocionales. De nuevo, como en mi anterior post, no puedo evitar realizar la comparativa y resaltar los rasgos con los que me veo identificada con la trama del film. En este caso mi personaje sería el de Cecilia Roth, la mujer que intenta esperar paciente una reacción por parte de su compañero (en mi caso compañera). Me pregunto el porque de tantas precauciones a la hora de entregarse en una relación, y me viene a la mente una frase de otra película (en este caso mexicana), la pronunciaba el personaje de Maribel Verdú en "Y tú mamá también", y rezaba algo así: "la vida es cmo las olas, por eso hay que darse entero al mar". El miedo, las malas experiencias, el temor a ser lastimado, a resultar ridículo o a no ser aceptado, sólo acaba sirviendo de obstáculo a la hora de estrechar vínculos. Uno ha vivido más cunatas más cicatrices conserva.
Derribar muros es una tarea árduo complicada, pero gratificante, aunque en ocasiones esos muros van cediendo tan poco a poco que su caída apenas ya nos complace.
El nihilismo que desprende el personaje de Luppi, su negación de todo para autopreservarse acaba destruyendo a los que le rodean, por la impotencia que conlleva dar con los puños contra un muro que ni se inmuta. Esquivar las manifestaciones verbales de afecto para no tornarse vulnerable acaba resultando un método asfixiante para los que le rodean y para él mismo.
Lo único que tengo seguro es que no voy a terminar como el personaje de Cecilia (no lo revelo por si quereis ver la peli), no soy tan extremista, y ya hace algún tiempo aprendí que una retirada a tiempo es una Victoria. De momento me quedan fuerzas de sobras para seguir aporreando esa hierática pared... Me gustan los retos, deseadme suerte!

4 comentarios:

alas dijo...

Uuuf! hace un montón que vi la peli...y recuerdo que me gustó mucho y la interpretación genial también! pero no recuerdo nada del argumento...
pero te deseo ¡MUCHA SUERTE!

Friducha dijo...

Gracias!!! Siempre es necesaria. Un saludo.

Any_Porter dijo...

Suerte ;)

Pero tienes razón en lo que dices. Las valkirias rezaban que "una retirada a tiempo te permite luchar en una nueva batalla".

Biquiños.

Victoria dijo...

Nos imponemos barreras, porque eso es lo que te enseñan desde niño.
Que no hagas esto, que no a lo otro!
Y lo que aprendes de niño no te lo olvidas nunca! :S

Y bueno, suerte con tus barreras!.
Yo también necesito un poco para las mías. Jeje
Pero sólo a fuerza de voluntad se gana!
:]

Besos ^^