viernes, 5 de diciembre de 2008

TODOS PODRÍAMOS SER CUALQUIERA

Resulta curioso mirar atrás y comprobar como se ha ido evolucionando (y hasta cambiando) con el lento compás del tiempo, ese inexorable goteo de segundos que va erosionando nuestras formas. Creo que todos, a lo largo y ancho de nuestras respectivas existencias, hemos sufrido nuestra particular metamorfosis, todos somos (de alguna forma o manera) Gregorio Samsa (protagonista de la novela de Kafka, "La metamorfosis"). La diferencia estriba principalmente en que si bien el personaje de la obra cambiaba de forma repentina, mutando en una naturaleza diametralmente opuesta a la suya, nosotros vamos sufriendo ese cambio de manera gradual. En esencia seguimos siendo los mismos (al igual que el personaje), pero muchas de nuestras características han ido evolucionando (o involucionando, pq no?), y vamos ajustándonos a esa nuevas circunstancias, redireccionando algunos de nuestros comportaminetos para adaptarnos al medio. Es llegado este punto en el que me planteo si lo que verdaderamente cambiante es el entorno, y si nuestro cambio se debe a esa necesidad de supervivencia de la que el ser humano está dotado. Me refiero a que si en el supuesto de que lo que nos envuelve permaneciera inmutable, y las circunstancias siguieran siendo siempre las mismas, cosa por la cuál no nos veríamos obligados a diferir en nuestros comportamientos, ¿se´guiríamos siendo cómo siempre fuimos? Ortega y Gasset sentenciaba: "yo soy yo y mis circunstancias", así que en función de éstas vamos perfilando nuestro comportamiento y nuestros enfoques. Somos producto de muchos factores (no sólo los genéticos), y el medio que nos ha ido rodeando, ha tenido que ver (indudablemente) en la persona que a día de hoy encarnamos.
En diversas ocasiones he tenido que asistir a la toma de declaración de detenidos, en la mayoría de los casos eran personas que al no poder costearse los servicios de un abogado, accedían a la representación jurídica mediante el llamado turno de oficio. Se trataba de personas de vidas desencajadas, aquejados del estigma de la marginalidad, y motivo de mofa por parte de la parte de la sociedad más acomodada. Esperpentos sacados del mismísimo Callejón del Gato, que en su día plasmó magistralmente Valle-Inclán. Quedarse con la mofa, la burla fácil o el escarnio sería superficial, pq cualquiera de nosotros podría ser como ellos, si tal vez nuestras circunstancias hubiesen sido las mismas. No quiero decir con esto que sea imposible romper con la dinámica, y salir del círculo vicioso, pero hay que ser realista: Es muy complicado escapar de los propios condicionantes. Todos mis respetos.

5 comentarios:

Any_Porter dijo...

Pensar tanto es malo. De todas formas, en ocasiones, aunque el cambio no sea físico como en el caso de Samsa, los cambios son tan brutales que apenas nos reconocemos en la concha vacía que nos queda por cuerpo... En ocasiones me ha pasado. He saltado de un extremo a otro. Del vacío y la apatía más profunda al interés más sincero y vital. Los cambios... Los cambios a veces asustan.

Biquiños.

Victoria dijo...

Bueno, es obvio que la circunstancia hace el cambio.
Lo bueno de cambiar, es que nunca te vas a mantener de una misma forma.
Yo me siento próxima a hacer un cambio.
Pero quién sabe, quizá ya mañana no quiera lo mismo que hoy.
Jeje.

De todos modos, no está lo importante en salirse del circulo vicioso.
Está en digamos...destacarse. Y quererse.
Aunque claro que si se puede salir, se sale, y ¡a andar perdido por ahi! ^^

Besos!

Friducha dijo...

Any. Completamente de acuerdo contigo en lo de que pensar tanto es malo. Estamos en permanente cambio, no queda otra que adptarnos.
Un saludo

Friducha dijo...

Victoria, "Lo bueno de cambiar, es que nunca te vas a mantener de una misma forma", llevas razón, e imagino que por ello mismo, y por las mutaciones que protagonizamos a lo largo de nuestras vidas, a veces al volver la vista atrás, podemos llegar a no reconocernos en alguno de esos capítulos pasados. A seguirm mutando!

Lastienditas dijo...

La sociedad más acomodada se piensa que nada les puede pasar a ellos. La arrogancia y la ignorancia van a veces muy unidas.
Nunca se sabe lo que te puede pasar, así que un poco de humildad no viene mal...
Estás enlazado! Por despiste me he perdido tus últimos posts! ;)